Page 26 - La máscara de la objeción.cdr
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¿Por qué la Corte habló de objeción de
conciencia cuando nadie le había planteado ningún caso
concreto? ¿Por qué habló de “derecho” a objetar? ¿Por
qué habló de forma generalizada y sin precisiones dando
por sentado la procedencia de la objeción? Porque habló
de aborto.
Y así, el fallo dejó –al menos en una primera
impresión- a todos los actores políticos contentos: a los
movimientos feministas porque reconocía que no
debíamos ser “idiotas o dementes” para interrumpir una
gestación forzada; al Gobierno nacional porque devolvía
a las Provincias una cuestión de acceso a la salud; y a los
sectores conservadores porque les abrió, sin que nadie
llame a la puerta, un salvoconducto para vaciar de
contenido la misma política que exhortaba a los Estados
Provinciales garantizar.
Es importante advertir estos cambios de rumbo
tan abruptos como sorpresivos, para comprender el uso
político de la objeción y la forma en la que se legitima su
uso violento a la sombra de los distintos Poderes del
Estado.
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