Page 40 - La máscara de la objeción.cdr
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Valeria se internó en el Hospital con vómitos en un
domingo lluvioso. Le descubrieron un embarazo de 20
semanas y relató que su vecino, el de la casa de la
esquina, la había violado cuando su mamá salía a
trabajar. Se abrazó fuerte a Sonia y le dijo que tenía
miedo. Las dos lloraron.
Pidieron una ILE, pero recibieron evasivas. Nadie les
hablaba de conciencia, pero las objeciones eran tantas,
que Sonia buscó una abogada que las ayude.
Cuando las contracciones de Valeria habían empezado,
su médica -la misma que le había iniciado el tratamiento
de aborto- advirtió que no le había hecho una ecografía.
Y decidió hacerla en medio de la interrupción del
embarazo. Al confirmar 24 semanas, decidió detener el
aborto sin mayores explicaciones.
Les pusieron consigna policial en la puerta de la
habitación e intentaron que tomara medicamentos para
desarrollar los pulmones al feto, pero ellas -con sus
abogadas al lado- se negaron y lo dejaron asentado por
escrito.
Valeria pudo finalmente interrumpir su embarazo,
mientras se celebraba en el Hospital la visita de la Virgen
de la Merced, con cánticos y rezos en los pasillos.
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