Page 101 - Los Humanoides - Jack Willianson
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hablarle. Para su profunda sorpresa, Ironsmith asintió.


            —El doctor Claypool desea estar a solas conmigo. Por

            favor,  márchense  —dijo  suavemente—.   Yo  seré

            responsable por su seguridad.


                    —A  sus  órdenes,  señor  —  repuso  uno  de  los


            humanoides.  y  luego  los  dos  robots  se  alejaron

            silenciosamente.


                    Claypool  lanzó  una  exclamación  de  asombro.


            Luego se volvió hacia Ironsmith.


                    El matemático era aparentemente el mismo joven

            honesto y despreocupado de siempre, pero algo había


            en él que hizo estremecer al astrónomo.


                    El interior de la villa era suntuoso y funcional, y el

            ambiente, tibio y agradable, había sido perfumado por

            la fragancia de extrañas flores que surgían de las pa‐


            redes.


                    Claypool                se         volvió             hacia            Ironsmith

            vehementemente:  —¡Frank!  —exclamó—.   ¡Necesito


            saber qué le ocurrió a White y sus compañeros!


                    Los ojos del matemático se volvieron hacia él con

            expresión sombría.


                    —No lo sé —dijo lentamente—. Vine a buscarlos y


            ya se habían marchado. Por eso me hice construir esta

            villa aquí, en la esperanza de que regresaran. Pero no

            volvieron nunca.





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