Page 99 - Los Humanoides - Jack Willianson
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a uno, sería posible empujar al otro por la barranca y
correr hasta el subterráneo secreto... quizá con una
piedra...
Inclinándose hacia la tierra, simulando recoger una
flor, buscó un guijarro de regulares dimensiones. Pero
a su lado se produjo un movimiento tan rápido que
pareció casi un vago resplandor metálico, y el
humanoide de su derecha le quitó suavemente la piedra
diciéndole:
—Este objeto es peligroso... puede lastimarse una
mano al alzarlo, señor...
Claypool se irguió, mirando serenamente los ojos
metálicos del robot. Aquel rostro plástico era
totalmente benévolo, inexpresivo y sereno.
Todopoderoso.
Con los hombros caídos, sintiendo que hasta la
patética estratagema que buscara llevar a cabo había
fracasado, echó a andar hacia su brillante prisión de la
colina.
Esa noche, vestido con una rúnica de tela esponjosa
que se ajustaba perfectamente a sus hombros, pero que
le producía la sensación ridícula de estar desnudo,
Claypool fue conducido por los humanoides hasta el
sitio donde lo aguardaba Ironsmith. Luego los dos
hombres y los dos robots subieron a una de las
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