Page 98 - Los Humanoides - Jack Willianson
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Simulando  un  deseo  de  pasear  que  no


            experimentaba, Claypool volvió sus pasos en dirección

            del extremo de Starmont donde estuviera instalado el

            edificio en cuyo subsuelo secreto dejara listos los tres


            proyectiles rodomagnéticos.


                    ¡El  bulto  antiestético  y  cuadrado  de  hormigón

            seguía  en  su  sitio!  Lo  único  que  habían  hecho  los

            humanoides  era  derribar  las  cercas  que  rodeaban  al


            edificio.  Nada  le  impediría  llegar  hasta  allí.  Nada,

            excepto los propios humanoides...


                    —Desgraciadamente el substrato de la parte norte


            de Starmont no ha permitido avanzar los trabajos—le

            explicó el humanoide que estaba a su derecha—. Está


            formado por rocas muy duras, que aun tardarán varios

            días  en  ser  perforadas.  Luego  derribaremos  todo  el

            resto  de  las  antiguas  instalaciones  bélicas  y


            concluiremos de mejorar el paisaje.


                    —Muy bonito — musitó Claypool, parpadeando.


                    —Este sol es demasiado fuerte —exclamó el otro

            humanoide—.  Usted  debería  regresar  a  la  villa  y


            almorzar, señor.


                    El  astrónomo  se  llevó  una  mano  delgada  y

            temblorosa  a  los  ojos  tratando  de  escudarlos  de  los

            rayos solares y buscando desesperadamente una treta.


            Necesitaba librarse de aquellos monstruos benévolos

            para salvar a la Humanidad. Tal vez si pudiera distraer



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