Page 146 - Los Humanoides - Jack Willianson
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Capítulo XVI





                    —¡Alto, Claypool! —Ironsmith avanzó hacia él con


            paso elástico. Su rostro juvenil y bronceado tenía una

            expresión pesarosa, reflejada en sus ojos grises—. ¡Mire

            lo que ha hecho, estúpido!



                    Mientras hablaba, sin cólera ni odio, simplemente

            con profunda tristeza, señaló hacia Aurora Hall, que

            parecía haber quedado paralizada en su sitio, mirando


            hacia la puerta.


                    Por  un  instante  Claypool  permaneció  clavado

            frente a su enemigo, rodeado de papeles y conexiones


            rodomagnéticas.


                    —¡Yo           traté         de         advertírselo!               —prosiguió

            Ironsmith—. No podernos permitir que usted...


                    El  salvaje  ataque  del  astrónomo  lo  interrumpió.


            Una  desesperada  resolución  lo  dominaba.  Cinco

            minutos más bastarían para cambiar todo aquello: no

            quería  ser  interrumpido.  No  podía  permitir  que  lo


            interrumpieran.


                    Estaba desarmado: no había llevado consigo arma

            alguna.  Pero  la  furia  de  su  ataque  lo  llevó  contra


            Ironsmith sin pensar en nada. Lo único que recordó fue

            la  injusta  libertad  de  que  gozaba  aquel  hombre,  su








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