Page 151 - Los Humanoides - Jack Willianson
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debió ser curada con euforidina, y la instintiva antipatía


            que experimentaba hacia aquel joven despreocupado

            desde antes de la invasión de los humanoides.


                    Luego  sus  ojos  se  clavaron  nuevamente  en  la

            criatura, que seguía rígida y con los ojos fijos.


                    —Iré  con  usted  con  una  condición  —dijo


            hoscamente.


                    Ironsmith sonrió con alegría.


                    —Bienvenido                         —exclamó                      suavemente,


            extendiendo una mano bronceada.


                    —He dicho con una condición —insistió Claypool,

            sin  tomar  la  mano  que  se  le  ofrecía—.  Aurora  viene

            conmigo.


                    —La siento, pero eso está fuera de la cuestión —


            replicó Ironsmith. Aún podemos salvarlo a usted, pero

            la niña usó medios parafísicos contra el Cerebro y nada


            es posible hacer por ella.


                    Una  oscura  hostilidad  hizo  tremolar  la  voz  del

            astrónomo.


                    —En tal caso, no hay nada más que hablar.


                    —Lo siento y sé que Ruth lo lamentará conmigo —


            dijo  suavemente—.  Pero  imagino  que  los  humanoides

            necesitarán  otro  conejillo  de  Indias  para  probar  sus

            nuevas conexiones.







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