Page 192 - Los Humanoides - Jack Willianson
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con el señor Ironsmith para acelerar el proceso. Pero no
importa cuánto tarda, pues rejuvenece al mismo
tiempo que cura... Los ojos límpidos lo miraron.
—¿No te parece ahora extraño haber estado tan
equivocado y haber luchado contra Frank Ironsmith?
Claypool miró por encima del hombro hacia la
sección cómputos, donde solía trabajar el sonriente
joven. En el sitio donde el matemático solía apoyar su
bicicleta había ahora una placa recordativa.
—Supongo que todos estábamos enfermos y
equivocados —murmuró lentamente—. Creo que
después de todo, Ironsmith es un verdadero héroe, que
merece nuestro respeto y nuestro agradecimiento.
¡Pero su antiguo hábito de masticar goma sigue
disgustándome! La muchacha lanzó una carcajada. —
¡Me alegro de que sigas siendo tú, querido mío! —
exclamó—. Ya lo ves, estuve esperándote..., creo que te
amé desde el día aquel en que me salvaste de morir
aplastada por la máquina excavadora...
Claypool recordaba, pero fue el joven alto y
desconocido del espejo quien tomó la mano de la
muchacha de ojos transparentes y mirando en
derredor, arrancó una flor para colocársela en el
cabello.
Pero al rememorar aquellos cincuenta años, toda
su confianza pareció estremecerse. La flor le recordó el
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