Page 187 - Los Humanoides - Jack Willianson
P. 187

La criatura retrocedió, dispuesta a echarse a correr,


            pero           Ironsmith              se        le       acercó,            sonriéndole

            afectuosamente.


                    —¡Déjanos ayudarte, Aurora¡ —dijo suavemente—

            . ¡Por favor! La vida no ha sido amable contigo. Has


            sufrido  hambre  y  frío...  Miedo  y  desesperación.

            Déjanos ayudarte.


                    Repentinamente  Aurora  sintió  que  simpatizaba


            con aquel muchacho bronceado y agradable. Recordó

            que  una  vez  le  había  dado  goma  de  mascar  y  le

            devolvió la sonrisa, algo tímidamente.



                    —Estoy preparada, señor —dijo.


                    Ironsmith  le  hizo  un  gesto  tranquilizador  y  algo

            pareció penetrar en el cerebro de la niña, que se sintió

            hundir en las tinieblas del olvido.








































                                                          187
   182   183   184   185   186   187   188   189   190   191   192