Page 189 - Los Humanoides - Jack Willianson
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espejo. Sin saber por qué, como llevado por un largo


            hábito, oprimió un botón y la ventana se convirtió en

            espejo.


                    Pero al mirarse, una nueva sorpresa lo aguardaba.

            Un desconocido moreno, alto y fuerte lo contemplaba.


            Algo  habitual  había  sin  embargo  en  aquel  rostro

            juvenil, y en aquella frente coronada por una espesa

            mata de cabello negro. Era él, ¡él mismo¡ El pijama que


            vestía era azul, subconscientemente pensó que a Ruth

            no le gustaba ese color.


                    Luego  recordó,  con  una  sensación  de  dolor,  que


            Ruth estaba perdida para él. Perdida para siempre.


                    Entonces vio la tarjeta, apoyada sobre la mesa de

            luz: ʺQuerido Web:


                    Felicitaciones en este Día del Despertar. Nos alegramos


            saber que ha llegado tu gran momento. Frank Ironsmith y

            señora.ʺ


                    ¿Qué significaba aquello? Claypool dejó la tarjeta y


            oprimió otro botón. La ventana volvió a serlo y a través

            del  cristal  pudo  ver  cómo  había  quedado  Starmont

            después  de  ser  reformado  por  los  humanoides...  Un


            verdadero  paraíso  de  lagos,  vegetación  y  villas

            luminosas.  —El  regulador...  —murmuró—  ¿Cuánto

            tiempo... ? Por un momento se sintió tentado de llamar


            al  obediente  servidor  que  acababa  de  despedir,  pero

            advirtió que alguien se acercaba por el sendero florido.



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