Page 121 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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vitrinas, en los sótanos. A Bangley y a mí nos
servía para curarnos los cortes. Bangley nunca
bebía, su Código se lo prohibía. No sé si llegaba
a creerse un soldado o un guerrero, pero era un
Superviviente con S mayúscula. Creo que todo lo
demás, todo lo que había sido en los rigores de
su juventud, no era para él sino un entrenamiento
para algo más elemental y más puro. Se había
pasado toda la vida esperando el Fin. Si bebía
antes, lo había dejado. No hacía nada que no
tuviera como objetivo la supervivencia. Creo que
si llegase a morir de algo que no le pareciera una
causa natural legítima, y si tuviese un momento
de reflexión antes de la oscuridad, el final de su
vida lo decepcionaría menos que el hecho de
haber perdido la partida. De haber descuidado los
detalles. De haber sido derrotado por la muerte o,
peor aún, por otro anacoreta curtido por el
holocausto.
A veces pienso que solamente me conservó a
su lado para tener algún testigo de su habilidad
en la conquista de cada día. Me pregunto si con
la escena del otro día no pretendería hacerme
saber que todo estaba en sus manos. Que él nos
concedía la supervivencia todos los días. No lo
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