Page 20 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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Al final lo hice.
Tres de ellos sobrevivieron a la primera
descarga y después estalló nuestro primer tiroteo
de verdad. Pero ellos no tenían gafas de visión
nocturna ni conocían el terreno, así que no duró
mucho.
Así empezó lo de dormir al raso. No voy a
dejar que me atrapen dentro de la casa como al
dragón que duerme sobre su montaña de
tesoros. A mí no me ocurrirá. Yo me mantengo a
distancia.
Después del segundo verano los ataques se
fueron espaciando, como las últimas gotas que
caen al cerrar un grifo, plic plic. Quizá un visitante
por temporada, luego ninguno. La calma duró
casi un año, pero después llegó una banda de
cuatro forajidos que casi nos machacan. Fue
entonces cuando empecé a volar con regularidad,
como si fuera un trabajo.
Ahora no tengo que dormir en el suelo.
Tenemos nuestro sistema, estamos tranquilos. El
Miedo es como el recuerdo de la náusea: no te
acuerdas de lo mal que lo pasaste ni de que casi
preferías morir para que terminara. Pero yo sí me
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