Page 22 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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para el Angelito.
Melissa y yo vivíamos junto a un lago en
Denver. A solo siete minutos del centro, de la
librería grande, de los restaurantes, de los cines.
Nos gustaba aquella vida. Desde el gran ventanal
de nuestra casita veíamos hierba, agua,
montañas. Los gansos. Había una bandada de
gansos residentes y otra de gansos canadienses
que llegaban en otoño y primavera en uves
inmensas, se mezclaban con los del lugar, quizá
incluso se apareasen, y luego continuaban su
camino. Volvían a levantar el vuelo en oleadas
estridentes. Yo era capaz de diferenciar los
gansos que migraban de los residentes. Al menos
eso creía.
En octubre, noviembre, cuando paseábamos
alrededor del lago antes de cenar, nos los
señalábamos para distinguirlos. A mí siempre me
parecía que ella los confundía y ella medio se
enfadaba. Era muy inteligente, pero no conocía
los gansos como yo. Nunca me he tenido por muy
muy inteligente pero siempre he sabido las cosas
de manera instintiva.
Cuando llegó Jasper, siendo un cachorro, se
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