Page 18 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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bajo las mantas, detrás del terraplén que queda a


              unos cien metros. Es un aeropuerto antiguo, todo


              campo abierto. Jasper soltó un gruñido sordo. Es


              un cruce de pastor ganadero australiano con un


              olfato excelente. Me despierto. Le doy un toque a


              Bangley con el walkie. Me parece que para él era


              como  un  juego.  Su  forma  de  poner  a  punto  el


              motor, como cuando yo subo a las montañas.




                     Era  un  terraplén  alto,  un  gran  montículo  de



              tierra  que  habíamos  elevado  aún  más,  lo  justo


              para  poder  andar  detrás  de  él  sin  que  se  nos


              viera.  Bangley  se  acerca  con  parsimonia  y  se


              echa a mi lado en la cima del terraplén, donde ya


              estoy  observando  con  las  gafas,  y  huelo  su


              aliento  áspero.  El  también  tiene  gafas.  Tiene


              como cuatro, de hecho las mías me las dio él. Me



              dijo  que  al  ritmo  al  que  las  usamos  los  diodos


              durarán diez años, o incluso veinte. ¿Y entonces


              qué?  El  año  pasado  cumplí  cuarenta  años.  A


              Jasper  le  di  un  hígado  (de  cierva),  yo  me  comí


              una  lata  de  melocotones.  Invité  a  Melissa  y  ella


              vino  como  siempre,  en  forma  de  susurro  y


              escalofrío.




                     Dentro de diez años el aditivo ya no bastará


              para  conservar  el  combustible  en  buenas






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