Page 223 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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estaban de izquierda a derecha. Da igual: apunto


              al cabecilla y disparo. El típico saltito, el fusil que


              se  separa  del  pelaje  unos  centímetros  y  lo


              levanta un poco, acciono la palanca y barro a la


              derecha,  eso  ya  lo  había  hecho  un  montón  de


              veces  para  cobrar  dos  o  tres  ciervos,  muevo  el


              arma hacia el centro del grupo, desde la derecha.


              El cañón está a medio palmo de distancia de los



              otros.  Pan  comido:  solo  tengo  que  apuntar  al


              Pelirrojo y disparar. ¡PUM! Tiro de la palanca. Sin


              decisiones  que  valgan,  basta  con  disparar.


              Apenas  consciente  de  que  los  otros  dos  han


              muerto,  el  último,  el  Tornillos,  se  agacha  para


              saltar y, ¡PUM!, le doy en el hombro o el costado,


              cae  girando  en  el  aire  y  se  mueve  en  el  suelo.



              Luego  levanto  el  cañón,  la  masa  que  había


              llegado  al  borde  del  barranco  se  separa,  va  a


              fragmentarse,  apunto  al  bulto  más  grande,  dos


              hombres  juntos,  y  disparo,  y  un  brazo  sale


              volando  hacia  atrás  y  cae  al  suelo.  Palanca.


              Cuatro. ¡Cuatro! Siento una oleada de algo, no es


              alegría ni júbilo, pero está cerca. Soy… somos…


              formamos  un  equipo,  nos  hemos  cargado  a


              cuatro…




                     ¡Date la vuelta, Hig! ¡Corre!








                                                                                                           223
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