Page 437 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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puse a pensar en Tomas, en Tomas sangrando
en el sueño, y me inundó una oleada de pánico y
se me fue la erección.
Maldito mundo de los sueños, con aquel
fantasma de Tomas entrometiéndose por ahí y
estropeando lo que solo unos días antes me
había hecho sentir la misma euforia que los
demás enamoramientos de mi vida.
Me agarró la minga y le dio un par de
estrujones cariñosos que acabaron de hundirme
en la miseria. Soltó un suspiro que interpreté
como señal de decepción y se apartó. Me
estrechó suavemente entre sus brazos y nos
quedamos tumbados sobre la manta, paralizados
por el fracaso. Me sentí más solo entonces que
antes de llegar al cañón. Los corazones latían
acompasados, pero el espíritu no. La acariciaba
con manos ausentes, no podía besarla, ni
siquiera hablar con sinceridad. Era como si no
haber podido hacerle el amor me hubiese
despojado de toda legitimidad como amante,
como si me hubiese desautorizado para amar o
incluso para expresar afecto. Era horrible.
Tumbado a su lado pensando en este nuevo
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