Page 442 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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Tres corderos sacudieron la cabeza y las orejas y
siguieron pastando. Uno le dio un golpecito en las
costillas a su madre para que le diera de mamar.
Sus vidas estaban a punto de cambiar. Sería un
milagro que alguno de ellos sobreviviera al
invierno.
No sé, quizá unos diez kilos.
Veamos. ¿Tienes una niña y un niño?
Sonrió. ¿Un macho y una hembra? Sí.
Como el Arca. Vamos allá.
Envolvimos a uno de los pequeños con un
cabestrillo que habíamos hecho con una camisa y
comparamos su peso con el del cubo. Se
balanceó debajo de la rama con las orejas
caídas, las piernas estiradas con las pezuñitas
negras brillando en los extremos y una mirada de
desconcierto en la carita. Vacié el cubo hasta que
se equilibraron. Unos ocho kilos.
Bien, nos los podemos llevar. Sin tu padre no
creo que haya problema para despegar.
¿No creo?
Algo de suerte sí que vamos a necesitar.
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