Page 68 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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matorrales que pueblan el valle desértico al oeste
de Gunnison y morirme mientras Jasper y yo
intentamos recorrer a pie los quinientos
kilómetros que nos separan de casa. Que nos
separan de este hogar tan precario. No tengo
nada que perder y aun así, no sé por qué, es
como si nada siguiera siendo algo.
Jasper gruñó. Me había quedado dormido en
mi ensoñación.
Un gruñido grave, antipático, serio.
Contuve la respiración, agucé el oído. Me
incorporé despacio. Jasper está casi sordo, sí,
pero tiene buen olfato.
Podían ser coyotes. O lobos. En los dos
últimos años hemos visto lobos de las montañas.
Bajan de los montes en manadas famélicas. La
presión de los repobladores va en aumento.
Porque antes ya los había en gran cantidad y
ahora vuelve a haberlos.
Jasper volvió a gruñir, ahora en dirección a la
noche, y yo me senté envuelto en las mantas y
con el corazón golpeándome el pecho. Quieto, le
susurré, y subí a rastras hasta la cima del
terraplén.
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