Page 1003 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Era la primera señal de que el gran constructo era
consciente. Derkhan creyó ver el tenue resplandor de
una luz, creciendo y menguando, en el interior de los
enormes ojos del Consejo.
El avatar colocó el cable en posición, a un lado del
cerebro analógico, uno de los muchos que formaban la
peculiar e inhumana consciencia del Consejo.
Desenroscó varios de sus gruesos alambres y otros
tantos del violento despliegue de metal que era la
cabeza del autómata. Derkhan apartó la mirada,
asqueada, mientras el avatar ignoraba plácidamente el
modo en que el afilado metal provocaba profundos
desgarrones en su carne y la sangre espesa y gris se
derramaba en espesos borbotones sobre su piel
putrefacta.
Comenzó a enlazar el Consejo con el cable,
enroscando alambres del grosor de un dedo para
convertirlos en un todo conductor, introduciendo
conexiones en enchufes que chisporroteaban con
negros destellos, examinando los brotes de cobre, plata
y cristal, aparentemente carentes de sentido, que
emergían del cerebro del Consejo de los Constructos,
eligiendo algunos, girando y descartando otros,
trenzando el mecanismo en una configuración de una
complejidad imposible.
—El resto es sencillo —susurró—. Alambre con
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