Page 1104 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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hasta allí, hasta los mismos brazos de la Tejedora (se
agitó y convulsionó al recordarlo todo).
La araña estaba caminando rápidamente sobre la
telaraña del mundo, escabulléndose entre filamentos
metarreales que conectaban cada momento con todos
los demás.
Recordaba el vertiginoso abismo en el que se había
sumido su alma al ver por primera vez la telaraña
global. Recordaba unas náuseas que habían arruinado
su existencia al encontrarse ante aquella vista
imposible. Pugnó por no abrir los ojos. Podía escuchar
los balbuceos imprecadores que susurraban Yagharek
y Derkhan. Se arrastraban hasta sus oídos no como
sonidos, sino como insinuaciones, fragmentos flotantes
de seda que se deslizaban al interior de su cráneo y se
volvían claros para él. Había otra voz, una cacofonía
dentada de un tejido brillante que aullaba de terror.
Se preguntó quién podría ser.
La Tejedora se movió rápidamente a lo largo de
pulsantes hebras que seguían el daño y la
potencialidad de daño que la polilla asesina había
causado y podía volver a causar. Desapareció en un
agujero, un turbio embudo de conexiones que
serpenteaba a través de la materia de esa compleja
dimensión y
volvió a emerger en la ciudad.
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