Page 233 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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poco cansada...

                Ella le sonrió y, con un suspiro, se frotó la cara y los

            ojos.


                —Oooh,  señor  B  —chilló  absurdamente—.  ¡Es  el

            mejor con el que me he acostado jamás!

                —Así  está  mejor...  —musitó  sonriendo  con  la


            mirada.

                Abrieron  la  puerta  y  salieron  al  pasillo.  Los


            preparativos  habían  sido  innecesarios,  pues  estaban

            solos.

                A lo lejos, podía oírse el ruido de las picadoras de


            carne.



















































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