Page 235 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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la timidez del cortejo de los jóvenes humanos.
Los khepri no tenían un equivalente para ello. El
sexo procreativo con su cuerpo superior era una
desagradable tarea realizada por deber demográfico.
Los khepri macho eran escarabajos sin mente, como el
cuerpo superior de las hembras, y la sensación de
tenerlos arrastrándose para montar la propia cabeza
era algo que Lin, por suerte, no había experimentado
desde hacía años. El sexo por diversión entre hembras
era un asunto comunitario y tumultuoso, pero con
cierto ritual. Las señales de flirteo, rechazo y aceptación
entre individuos o grupos eran tan formales como una
danza. No había ni rastro del erotismo nervioso de los
humanos.
Lin se había sumergido lo bastante en la cultura
humana como para reconocer la tradición a la que
recurría Isaac cuando paseaban juntos por la ciudad. A
ella le había encantado el sexo con su propia raza antes
de su ilícito romance, e intelectualmente se burlaba de
los inútiles e incomprensibles tartamudeos que oía de
los humanos en celo por toda Nueva Crobuzon. Pero,
para su sorpresa, a veces sentía en Isaac el mismo
compañerismo tímido e incierto... y le gustaba.
Había crecido la noche anterior, mientras recorrían
las frías calles hacia la estación y atravesaban la ciudad
hacia Galantina. Uno de los mejores efectos, por
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