Page 458 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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cabo eran de una inmensa importancia. Las suites que
contenían las embajadas de Myrshock y Vadaunk
habían sido ampliadas hacía algunos años, debido a la
expansión del papeleo y del espacio de oficinas que
requerían las relaciones comerciales. Las salas
adicionales brotaban como feos tumores de la fachada
interior de la planta once y sobresalían precarias sobre
el jardín.
El alcalde y sus acompañantes pasaron junto a una
puerta marcada como Mancomunidad Jaiba de
Salkrikaltor. El pasillo se sacudía por el golpeteo y la
vibración de una enorme maquinaria oculta. Aquellas
eran las gigantescas bombas de vapor que trabajaban
varias horas al día, absorbiendo piélago fresco de la
Bahía de Hierro, a veinticuatro kilómetros, para el
embajador jaiba y bombeaban después el agua sucia y
usada al río.
El pasillo era confuso, pues parecía ser demasiado
largo visto desde un ángulo, y corto desde el otro. Aquí
y allí se separaban cortos afluentes que llevaban a otras
embajadas menores, o a archivadores, o a ventanas
cegadas. Al final del corredor principal, más allá de la
embajada de los cangrejos, Rudgutter se dirigió por
uno de aquellos pasillos menores. Se extendía un breve
trecho, retorciéndose y viendo cómo su techo
descendía de forma abrupta al cruzarse unas escaleras
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