Page 461 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Estaban en una habitación totalmente a oscuras. Solo
podían ver gracias al débil fulgor ambiente de las líneas
energéticas, hasta que Vansett y colgó el motor
mecánico de su cuello con una correa y encendió una
vela. Con aquella luz inadecuada vieron que la
habitación podía medir cuatro metros por tres; estaba
cubierta de polvo y totalmente vacía, a excepción de un
viejo escritorio y una silla junto una pared, así como el
suave zumbar de una caldera cerca de la puerta. No
había ventanas, ni estanterías, nada en absoluto. El aire
olía a cerrado.
Vansetty extrajo de su bolsa una inusual máquina de
mano. Sus manojos de alambre y metal, sus nudos de
cristal multicolor eran intrincados y de hermosa
factura. Su utilidad, opaca. Se inclinó un instante fuera
del círculo y conectó una válvula de entrada a la
caldera junto a la puerta. Activó una palanca en la parte
superior de la máquina, que comenzó a zumbar y a
emitir luces parpadeantes.
—Por supuesto, en sus tiempos, antes de que yo
llegara a la profesión, había que emplear ofrendas
vivas —explicó mientras desenroscaba una bobina de
cable de un lateral de la máquina—. Pero no somos
salvajes, ¿no es cierto? La ciencia es algo maravilloso.
Esta pequeña belleza —dijo dando unas palmadas
orgullosas al cachivache— es un amplificador.
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