Page 657 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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bravo pero no más eficaz, alzó la pistola en su mano

            temblorosa.

                La  Tejedora  bajó  la  mirada  hacia  aquellos  dos


            hombres,  alzó  su  par  de  manos  humanas  y  las  posó

            sobre sus cabezas encogidas para palmearlas, como si

            se tratara de perros.


                Después elevó una mano y señaló la pasarela, donde

            Isaac          y      Yagharek               aguardaban                pasmados               y


            consternados. La ultraterrena voz cantarina resonó en

            el silencio repentino.

                ...más allá y arriba en el pequeño pasadizo fue nació


            el redrojo encogido el cachorro deforme que liberó sus

            hermanos rompió el sello de su algodón y surgió huelo


            los restos de su desayuno aún tendido oh me gusta esto

            disfruto esta red la trama es intrincada y delicada mas

            rasgada  quien  puede  aquí  tejer  con  tan  robusta  e


            ingenua experiencia...

                La  cabeza  de  la  Tejedora  se  meció  con  alienígena

            suavidad de un lado a otro, abarcando la estancia con


            sus múltiples ojos resplandecientes. Ningún humano

            se movió.

                Desde  fuera  llegó  la  voz  de  Rudgutter.  Era  tensa,


            furiosa.

                —  ¡Tejedora!  —gritó—.  ¡Tengo  un  presente  y  un


            mensaje para ti! —Se produjo un momento de silencio,

            y  entonces  un  par  de  tijeras  con  mango  de  perla




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