Page 655 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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cesaron. Los disparos y gritos del almacén murieron

            momentáneamente. No hubo descargas ni disparos de

            las  armas  de  la  milicia.  Stem‐Fulcher  estaba


            boquiabierta, como si se dispusiera a hablar, mas no

            dijo nada. La Tejedora guardó silencio.

                Entonces se produjo un susurro dentro del cráneo de


            Rudgutter, que jadeó consternado antes de dejar caer

            la mandíbula con absoluta turbación. No sabía cómo,


            pero estaba escuchando el extraordinario sonido de la

            Tejedora  avanzando,  desde  varias  dimensiones

            simultáneas, hacia el almacén.




                Los oficiales cayeron sobre Lemuel con despiadada


            precisión.  Pasaron  por  encima  del  cadáver  de

            Vermishank y alzaron triunfantes los escudos frente a

            ellos.


                Arriba,  Isaac  y  Yagharek  se  habían  quedado  sin

            munición  química.  El  primero  bramaba,  lanzando

            sillas,  baldas  de  madera  y  toda  clase  de  objetos  a  la


            milicia, que los reflectaban con facilidad.

                Derkhan  estaba  tan  inmóvil  como  Lublamai,  que

            yacía  tumbado  sobre  su  camastro,  en  la  esquina  del


            espacio de Isaac.

                Lemuel  lanzó  un  desesperado  grito  de  rabia  y,


            blandiendo su cuerno de pólvora contra los atacantes,

            los roció de un polvo acre. Buscó su caja de pedernal




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