Page 652 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Lemuel y Yagharek no estaban constreñidos del mismo
modo. Isaac estimó que habían caído cuatro oficiales:
uno de un disparo, otro con el cráneo aplastado, y dos
más por las aleatorios reacciones químico‐
taumatúrgicas. Pero no podía durar. La milicia
avanzaba hacia Lemuel desde detrás de sus escudos.
Isaac vio a los soldados alzar la mirada y
conferenciar unos instantes. Entonces, uno de ellos
levantó cuidadosamente su rifle y apuntó a Yagharek.
— ¡Abajo, Yag! —gritó—. ¡Quieren matarte!
El garuda echó cuerpo a tierra, lejos de la vista del
asesino.
No hubo manifestación repentina, ni piel de gallina,
ni vastas figuras merodeadoras. Lo único que sucedió
fue que la voz de la Tejedora apareció en el oído de
Rudgutter.
...he atado invisible enmarañados alambres de cielo
y deslizo mis piernas extensas para‐tara en hez
psíquica de destructores de la telaraña son criaturas
infectas toscas grises susurro qué sucede señor alcalde
este lugar tiembla...
Rudgutter dio un respingo. Lo que me faltaba, pensó.
Replicó con voz firme.
—Tejedora —comenzó. Stem‐Fulcher se volvió hacia
él con mirada afilada, curiosa—. Qué agradable tenerte
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