Page 728 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Algo se enroscó con fuerza alrededor de su carne.
Aferrada a su cuello estaba lo que parecía una mano
derecha humana. La piel era de un púrpura lívido. En
la muñeca, la carne de aquella cosa se transformaba
rápidamente en una cola serpentina de treinta
centímetros. El tentáculo estaba enroscado alrededor
del cuello, con la punta embebida bajo la piel,
palpitando húmeda.
Los dedos de la mano se movieron ligeramente,
escarbando en la carne.
Tras un momento, el resto de las figuras se
desembarazó de sus coberturas. La khepri se
desabotonó los pantalones amplios, la anciana su blusa
pasada de moda. Todos se quitaron alguna prenda
para revelar una mano enroscando su cola de serpiente
bajo la piel, los dedos moviéndose suavemente sobre
los nervios, como sobre las teclas de un piano. Allí se
aferraba al interior del muslo, allá a la cadera, allá al
escroto. Incluso el perro bregó con su faja hasta que el
niño lo ayudó, desabotonando aquella prenda absurda
para revelar otro tumor similar adosado a la carne
peluda.
Había cinco manos derechas y cinco izquierdas, sus
colas enroscándose y desenroscándose, su piel
moteada, gruesa.
Humanos, xenianos y animales se acercaron,
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