Page 732 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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aferraban a sus compañeros. El vodyanoi se ayudaba
de la joven; la anciana del burócrata; el rehecho de la
khepri; el niño de la calle se sujetaba protector al
hombre musculoso; y Rescue se apoyaba en un perro al
que ya no podía ver.
— ¿Están claras las instrucciones? —dijo en alto,
demasiado alejados ya para hablar la lengua táctil de
los manecros—. Recordad el entrenamiento. Sin duda,
va a ser una noche difícil y extraña. Nunca antes se ha
intentado. Izquierdos, guiad. Esa es vuestra
responsabilidad. Abríos a vuestro compañero y no os
cerréis en toda la noche. Cuidad la cólera de batalla.
Comunicaos también con los demás izquierdos. A la
menor señal del objetivo, lanzad la alarma mental a
todos los izquierdos. Nos reuniremos al instante.
Derechos, obedeced sin pensar. Nuestros anfitriones
deben estar siempre cegados. No miréis las alas por
nada del mundo. Con los cascos de espejo podríamos
ver, pero no lanzar el esputo. Por tanto, miramos
siempre hacia delante. Esta noche llevamos a los
izquierdos como nuestros anfitriones nos llevan a
nosotros, sin pensar, sin miedo, sin preguntas.
¿Entendido? —se produjeron sonidos mudos de
aquiescencia. Rescue asintió—. Entonces, uníos.
Los izquierdos de cada pareja tomaron las correas
relevantes y se ataron fuertemente a su derecho. Cada
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