Page 747 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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zurdos. Si estos se hubieran negado a seguir los planes
de Rudgutter, no habría podido enfrentarse a ellos:
solo los izquierdos podían decidir. Pero enemistarse
con el gobierno hubiera sellado el fin de los manecros
en la ciudad. Tenían poder, pero existían solo porque
Nueva Crobuzon los toleraba. Sufrían una horrenda
desventaja numérica. El gobierno los admitía siempre
que le prestaran sus servicios. Rescue estaba seguro de
que, ante la menor insubordinación, el alcalde
anunciaría que había descubierto a los parásitos
criminales sueltos por la ciudad. Rudgutter podría
incluso dejar caer la localización de la granja de
anfitriones. La comunidad manecra sería destruida.
De modo que sentía un cierto gozo mientras volaba.
A pesar de todo, no disfrutaba de la extraña
experiencia. El transportar a un izquierdo por el aire
tenía precedentes, aunque aquella clase de caza
conjunta no se había intentado jamás; además, volar a
ciegas era absolutamente terrorífico.
El perro izquierdo extendía su mente como si fueran
dedos, como antenas que se arrastraban en todas
direcciones hasta una distancia de cien metros.
Escudriñaba en busca de lecturas extrañas en la
psicosfera y susurraba suavemente al derecho,
indicándole dónde volar. El perro utilizaba los espejos
de su casco para dirigir el rumbo de su portador.
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