Page 840 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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reemplazarlos por otros nuevos y extraños. Pero la
distribución general y gran parte de las estructuras
seguían siendo exactamente iguales que antes de la
construcción.
Había una entrada en la punta meridional de la base,
en la Plaza Yashur. Al lado opuesto de la circunferencia
estaba la salida de la calle Labasura, una vía empinada
que moría en el río. La ley cacta indicaba que la entrada
y la salida del Invernadero solo se podían realizar,
respectivamente, por estos puntos. Era desafortunado
aquel que vivía en el exterior y a la vista de uno de estos
portales. La entrada le podría llevar dos minutos, pero
la salida sería un largo y complejo paseo hasta casa.
Cada mañana, a las cinco, se abrían las puertas de los
cortos pasadizos de independencia y se cerraban a
medianoche. Las entradas estaban protegidas por una
pequeña unidad de guardias blindados con grandes
cuchillos de combate y el poderoso arco hueco de los
cactos.
Como sus mudos primos enraizados, el pueblo cacto
disponía de una piel vegetal gruesa y fibrosa. Era tensa
y se perforaba con facilidad, pero sanaba rápido,
aunque con feas cicatrices; casi todos los cactos estaban
cubiertos por inofensivos ganglios costrosos. Hacía
falta mucha fuerza o mucha suerte para alcanzar sus
órganos y causar algún daño significativo. Las balas,
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