Page 836 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Las calles de Piel del Río ascendían poco a poco hacia
el Invernadero. Las casas eran viejas y altas, con
estructuras de madera carcomida y paredes de yeso
húmedo. Cada lluvia las saturaba y ampollaba,
haciendo caer placas de pizarra desde los techos
apuntados al disolverse los clavos oxidados. Todo el
distrito parecía sudar ante aquel lento calor.
La parte meridional era indistinguible del Tábano,
una circunscripción adyacente. Se trataba de un lugar
barato y no demasiado violento, multitudinario, por lo
general amable. Era una zona híbrida, con una gran
mayoría humana y pequeñas colonias de vodyanoi
junto al tranquilo canal, algunos pocos cactos
proscritos y solitarios, incluso una pequeña colmena
khepri de dos calles, una rara comunidad tradicional
lejos de Kinken y Ensenada. El sur de Piel del Río
también era hogar de los pocos miembros de las razas
más exóticas. Había una tienda regida por una familia
hotchi en la avenida Bekman, enromadas
cuidadosamente sus espinas para no intimidar a sus
vecinos. Había un indigente llorgiss con su cuerpo de
barril lleno de alcohol, trastabillando por las calles
sobre tres piernas inestables.
Pero el norte era muy diferente. Era más tranquilo,
más apagado. Era la reserva de los cactos.
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