Page 874 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Solo entonces, con las víctimas profiriendo
juramentos de sangre y gimiendo de furia, con la noche
preñada de sonidos confusos, con las polillas volando
por la oscura metrópolis, emergió Yagharek de su
trance marcial y siguió descolgándose por la estructura
interior del Invernadero. Los constructos lo vieron
moverse y lo siguieron en su descenso.
Se movía lateralmente por las vigas horizontales,
asegurándose de llegar al suelo detrás de los edificios
en la pequeña zona yerma que rodeaba el fétido muñón
del canal.
Yagharek se descolgó el último tramo y aterrizó en
silencio, rodando sobre los ladrillos rojos. Se agazapó y
escuchó.
Se produjeron tres leves crujidos cuando los simios
mecánicos se descolgaron a su lado, esperando órdenes
o sugerencias.
Yagharek miró el agua hedionda. Los ladrillos
estaban resbaladizos por el limo orgánico de muchos
años. En un extremo, a unos diez metros de las paredes
de la cúpula, el canal llegaba a un abrupto fin de
mampostería. Aquello debió de ser el comienzo de un
pequeño afluente del sistema principal de canales. Allí
donde se encontraba con la bóveda, el canal se cortaba
en un tosco dique de hormigón y hierro. La presa había
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