Page 886 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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—Apagad esas malditas luces —siseó Tansell, y la
boca de Pengefinchess se movió en silencio con él.
Shadrach y los otros miraron a su alrededor, inseguros
de a qué se refería, cuando vieron el fulgor de una
farola ardiente sobre ellos.
De inmediato, Shadrach hizo un gesto a Yagharek.
Se acercó a la lámpara más cercana y unió sus manos,
formando un escalón. Flexionó las piernas.
—Usa tu capa —le dijo—. Sube y ahoga la llama.
Probablemente fuera Isaac el único en percibir la
infinitesimal vacilación del garuda. Comprendió la
valentía en la obediencia de Yagharek, preparado para
echar a perder su último tapujo. Desabrochó el cierre
de la garganta y apareció ante todos ellos, con la cabeza
emplumada y el pico al descubierto, la enorme
vacuidad a su espalda voceando la evidencia, sus
cicatrices y muñones cubiertos por una delgada
camisa.
Posó con cuidado su pie cubierto de garras sobre las
manos de Shadrach y se incorporó. El aventurero alzó
al garuda de huesos huecos con facilidad. Yagharek
arrojó su capa sobre la llama pegajosa, que se apagó
con una breve humareda negra. Las sombras cayeron
sobre ellos como predadores.
Bajó al suelo y Shadrach se movió rápidamente a la
izquierda, hacia otra llama que iluminaba el callejón
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