Page 891 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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para confiar en los ancianos. El pasillo estaba desnudo.
Shadrach se detuvo e Isaac miró por encima del
hombro del gigante: la puerta del cuarto de los cactos
estaba abierta de par en par.
Dentro divisó una gran sala de techo alto,
conseguido al demoler el forjado de la planta superior.
Había encendida una pálida luz de gas. Algo alejados
de la puerta, Isaac vio a varios cactos dormidos, en pie,
con las piernas cerradas, inmóviles e impresionantes.
Dos figuras cercanas la una a la otra seguían despiertas,
algo inclinadas, susurrando.
Lentamente, como un predador, Shadrach se acercó
a la puerta y se detuvo junto a ella. Miró atrás y señaló
a uno de los constructos, y después a su lado. Repitió
los gestos. Isaac comprendió, se acercó a las entradas
auditivas de uno de los autómatas y le susurró sus
instrucciones.
El simio ascendió los últimos escalones con un ruido
apagado que hizo a Isaac apretar los dientes, pero los
cactos no lo notaron. El constructo se situó junto a
Shadrach para ocultarse tras su forma anegada de
sombras. Isaac envió a otro detrás, haciéndole una
señal al mercenario para que se moviera.
Arrastrándose lentamente sobre cuatro patas, el
hombretón pasó por delante de la puerta, escudando a
los constructos con su cuerpo. Las formas metálicas,
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