Page 367 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven Un mundo fuera del tiempo
Cuando cesó la lluvia, el cielo, al aclararse,
reveló unas torres cercanas cuyos extremos
dibujaban la forma de una cúpula.
Acamparon a sólo una hora de distancia de lo
que parecía ser una ciudad intacta. El solitario
se había limpiado el barro que le cubría el pelo,
que resultó ser castaño con bandas blancas, y
había conseguido un taparrabos. Esa noche sólo
habló él. Tal vez fuera ése el motivo de que los
Varones se hicieran solitarios: carecían de cosas
nuevas para contar.
Corbell durmió mal. Las torres formaban un
arco partido contra las estrellas. Si pudiera
liberarse, llegar solo a la ciudad… Pero cada vez
que miraba a su alrededor descubría que
alguien le estaba vigilando. Como si pudieran
leerle el pensamiento.
V
Parhalding era más grande que Sarash‐Zillish.
Las polillas y la herrumbre habían hecho lo
suyo, igual que el polvo, los hierbajos, los
árboles y las enredaderas, que lo invadían todo.
La mayor parte de los edificios seguían en pie.
Los techos planos estaban repletos de cabezas
verdes. Parras y moreras balanceaban la cintura.
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