Page 368 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven Un mundo fuera del tiempo
El maíz y el trigo crecían mezclados allí donde
escaseaba la tierra fértil. En cambio, donde el
polvo y el agua habían podido acumularse
crecían viejos árboles retorcidos, repletos de
nueces y frutas variadas.
Corbell cortó algo que parecía un limón
hinchado (las ramas del árbol eran gruesas y
bajas; su copa verde tocaba las enredaderas que
trepaban hasta el segundo piso de un edificio de
ventanas rotas. Pero los Varones trepaban como
monos y estaban demasiado cerca; además, le
vigilaban). La fruta tenía sabor a limonada, a
zumo de limón con azúcar.
Parhalding era lo que cualquier ciudad
abandonada. En Sarash‐Zillish, Corbell había
tomado por natural el estado de conservación.
Había sido una tontería de su parte; debía haber
buscado a sus cuidadores.
Las enredaderas formaban un bulto extraño
cerca de la esquina; algo centelleaba en el
interior de aquel bulto. La luz variaba a medida
que iba avanzando; intuyó que las parras
ocultaban un coche‐burbuja. ¿Estaría muy
estropeado? En ese momento captó una fugaz
mirada de Gording. Se preguntó si algún otro se
habría dado cuenta: no era posible que los
Varones lo supieran todo…
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