Page 389 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven Un mundo fuera del tiempo
Tenía que escapar. Era imprescindible, más
que nunca. ¿Serían capaces los Varones de
deslizarse por una barandilla? Es raro que
hubieran practicado alguna vez. Pero tampoco
Corbell lo había hecho últimamente.
—Eran tontas —decía Krayhayft—. Debieron
haber elegido varios satélites menores y dejarlos
caer uno a uno.
—El tonto eres tú —saltó Corbell, para su
propia sorpresa—. Habrían tardado mucho en
traer a Urano de vuelta en cada oportunidad. Se
habrían alterado demasiadas órbitas. ¡Se trata
de un planeta diez veces más grande que el
nuestro!
—Tan grande que las Niñas lo perdieron de
vista —se burló Krayhayft.
Skatholtz decía:
—El movimiento de los satélites de Júpiter es
muy complejo…
Y Corbell exclamaba:
—¡Míseros arrogantes…!
En un gesto indiferente, apenas disgustado, el
dorso de la mano de Krayhayft le golpeó bajo la
barbilla, alzándole en vilo para arrojarle sobre
los escalones.
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