Page 403 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven Un mundo fuera del tiempo
Corbell, podemos conseguir que los dikta
huyan por mar.
—Eso es lo que me duele. Lo tenía todo
pensado. ¡Brillante! Todo indicaba que eran los
colagatos… Oye, ¿estarías dispuesto a dejarte
morder otra vez? Tal vez sólo se trate de los
colagatos machos, o de las hembras, o de los de
rayas grises. Precisamente aquellos que los
Varones no llevan a Ciudad Dikta.
—Desuéllame vivo, si lo crees conveniente.
Hay muchas posibilidades a mi favor. Si de
cuando en cuando no tuvieras razón, hace
tiempo que estarías muerto.
Corbell se arrellanó más aún en el material
esponjoso. El rumor de la lluvia era cómodo,
hogareño, seguro. Al fin se quedó dormido.
Y en su sueño corría, corría…
III
Algo le arrojó violentamente hacia adelante.
Algo suave le explotó en la cara y le lanzó hacia
atrás. La presión le hizo rodar, con la cabeza
sobre los talones. Trató de levantarse y
descubrió que ni siquiera podía mover un dedo.
Trató de gritar y se encontró con que no podía
siquiera respirar.
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