Page 141 - Dimension De Milagros - Robert Sheckley
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tope redondeado, disfraza— dos superficialmente como

          seres humanos. No tenían partes para funcionar porque

          ellos mismos eran partes, y ahora estaban por ejecutar su


          única  función.  Formaban  la  contrapartida  exacta  y

          terrible  de  tres  dedos  de  una  mano  gigantesca.

          Avanzaban  con  la  flexibilidad  de  los  que  carecen  de


          huesos,  con  el  intento  evidente  de  hacerle  penetrar

          profundamente en las negras fauces de la nave.


                 ¿Cuál nave?



                 Carmody se escabulló alrededor de los tres, y corrió

          de vuelta hacia el lugar por donde había llegado. Pero

          numerosos dientes puntiagudos se erizaron desde la base


          hasta el tope de la escotilla que, después de abrirse un

          poco, empezó a cerrarse. ¿Cómo pudo haber pensado que

          se  trataba  de  metal?  Ahora,  los  costados  oscuros  y


          brillantes  de  la  nave  que  se  contraía  empezaron  a

          arrugarse. Los pies le quedaron pegados a la cubierta de

          esponja pegajosa, y los tres dedos se movían en torno a él,


          bloqueándole  el  cuadrado  de  luz  que  disminuía

          lentamente.


                 Carmody luchó con la misma desesperación de una


          mosca atrapada en la tela de una araña (la similitud era

          exacta, pero se le había ocurrido demasiado tarde). Luchó


          denodadamente, pero sin resultado. El cuadrado de luz

          solar  se  había  vuelto  redondo  y  mojado,  y  se  encogió

          hasta tener la medida de una pelota de béisbol. En ese


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