Page 1054 - Kraken - China Mieville
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pájaro fugaz se quedara quieto en el aire, durante
una fracción de segundo. Saira miró. Arqueó una
ceja. Los humanos seguían vinculados a los
monos. Toda clase de cosas podían ocurrir en
aquel nuevo viejo Londres.
Billy miró afuera, a la ciudad que no era como
había sido la última vez que miró a través el cristal.
Ahora Billy vivía en Herejiópolis, y sabría cuándo
vendría y fracasaría el próximo Armagedón.
Ahora bebía en bares distintos, y aprendía cosas
distintas.
Se bebió el vino y sirvió más, a él y a Saira. Era
el año del frasco, pensó Billy, el año del tiempo de
conservas, estirándose y notando que el reloj
vacilaba, como si le apretase el cuello. Era el año
del frasco una vez más.
Hizo chocar su copa con la de Saira. No era el
año de nada más. Así pues.
Se acercaba el fin del mundo otra vez, por
supuesto; siempre era así. Pero no de un modo tan
desquiciado como fue, quizá. Puede que no con
tantas agonías. Billy no era el ángel de la memoria
(era, con diferencia, demasiado humano para eso),
pero podía ver la esencia angelical de la memoria
desde donde estaba. Se podría decir así. ¿Tenía
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