Page 956 - Kraken - China Mieville
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metálica, oscurecida por el óxido. Algunos otros


             miembros  del  grupo  de  ataque  aparcaron  en



             distintos lugares, según un patrón estudiadamente


             aleatorio,  y  fueron  sin  prisas  a  ocupar  sus


             posiciones. Billy se llevó el dedo a los labios y miró


             a  Dane  para  advertirle.  Se  oían  sirenas,  pero  no


             tantas como sugerían las alarmas de incendios y


             los sonidos de violencia que fueran necesarias. Los


             padres de Londres tendrían a sus hijos en casa esa



             noche,  les  estarían  susurrando,  en  flagrante


             mentira, que todo iba a salir bien.




                    —¿Dónde  crees  que  estarán  ahora  las  tropas


             más leales al Tatuaje? —dijo Dane—. ¿Los cabezas


             de puño y los… la gente de los talleres?




                    Estaba sudando. Tenía los ojos muy abiertos.




                    —Luchando —dijo Billy.




                    Allí fuera, en la extraña noche cálida. Algunos


             de los londromantes más en forma los siguieron.


             El  batallón  de  guerra  de  Saira.  Escondidos,


             escalaron los muros descascarillados del edificio y


             avanzaron  furtivamente  por  la  estructura.


             Estudiaron la fábrica como si fuera a hacer algo.




                    Detrás del muro había un patio donde un coche


             abandonado  mandaba  sobre  los  hierbajos.  La





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