Page 953 - Kraken - China Mieville
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Billy siguió la última misa krakenista de la
historia. Se sentó al fondo de la iglesia. Vio
lágrimas y escuchó bendiciones. Dane estuvo
inseguro, pero elegante, repitiendo la liturgia de la
que llevaba mucho tiempo sin participar. El
rebaño sin pastor se arreaba a sí mismo. Billy se
removió en su asiento y estuvo trasteando con el
fáser en el bolsillo.
La congregación cantaba himnos a dioses de
múltiples brazos y cabeza de torpedo. Por fin,
Dane dijo:
—Vamos allá.
Algunos de los voluntarios procuraron sonreír
mientras formaban una fila. Uno a uno, fueron
colocando la mano sobre la punta de la mandíbula
de kraken. Los hombres bisagra unieron
cuidadosamente el gran pico sobre su piel, como
unas tijeras. En dos ocasiones, el gancho de la
mandíbula infligió heridas más severas de lo
pretendido, provocando que el fiel dejara escapar
un lamento. En la mayor parte de los casos, los
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