Page 960 - Kraken - China Mieville
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Cada fragmento de papel tenía la suficiente
presencia de tinta de Grisamentum como para
dotarlo de movimiento. Ahora era un libertino,
impaciente en los límites de su pretendida
apoteosis.
El lobo de papel entintado saltó sobre una
londromante que no dejaba de gritar, y los dientes
de papel la desgarraron como si fueran de hueso.
—Oh, joder —dijo Billy—. Es hora de moverse.
Apuntó con el fáser y echó a gatear.
Debajo de él, en el muro, un tramo de ladrillo
derrumbado se alteró, adoptó una nueva forma, se
convirtió en una puerta ancestral con una
cerradura rota desde hacía tiempo, de manera que
se podía abrir de un simple empujón. Saira entró y
se mordió el labio, y se mantuvo apartada, y detrás
de ella entró el pico del kraken. Billy vio a los que
habían sido mordidos por el dios calamar.
Eran más fuertes de lo que tenían derecho a ser.
Cogieron pedazos de mampostería y los arrojaron.
Estaban deformados y metamorfoseados. En ellos
se movían las corrientes, sus músculos aleteaban
en direcciones que no se les suponían.
—Dios mío —susurró Billy. Disparó una débil
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