Page 742 - Herederos del tiempo - Adrian Tchaikovsky
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—Hijas de puta —dijo Karst con solemnidad—.
¿Estáis seguros de que no podemos electrificar el
casco? —Ese había sido un tema candente de
conversación antes de que lo intentasen con el
pulso electromagnético. Alpash había estado
intentando encontrar una forma de electrificar
una zona en torno a la posición de las arañas,
pero simplemente carecían de la infraestructura
necesaria, y también de la enorme cantidad de
energía que sería necesaria para realizarlo. El
debate se había dirigido hacia soluciones a menor
escala tecnológica.
—¿Tu equipo está armado y listo?
—Tengo un jodido ejército. Hemos despertado a
unos centenares de los mejores candidatos del
cargamento y les hemos entregado disruptores.
Esperemos que afecten a esas pequeñas cabronas.
Si no, bueno, hemos abierto la armería. Quiero
decir —y aquí su voz tembló un poco, mostrando
las grietas provocadas por un estrés muy muy
profundo— que la nave está tan jodida que unos
pocos agujeros más no supondrán ninguna
diferencia, ¿verdad? Y en todo caso, puede que
consigamos impedir que entren. Pero si entran…
puede que no seamos capaces de contenerlas. —
Luchó por articular ese «puede», donde su
necesidad de optimismo chocaba brutalmente
contra el muro de las circunstancias—. Esta nave
no fue diseñada con este tipo de situación en
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