Page 745 - Herederos del tiempo - Adrian Tchaikovsky
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quieres ir, no tienes que hacerlo. Pero hacía mucho
que ya no estaban en posición de elegir lo que
querían hacer o no. Nadie había querido
encontrarse en la situación en la que estaban, y su
lenguaje, como su tecnología, había sido
recortado hasta dejar solo lo necesario para
sobrevivir. No había sido eficiente mantener
nada más, ninguna decoración ni floritura.
—Me pondré el traje —repitió con cansancio el
jefe de Seguridad, asintiendo con la cabeza. Se
detuvo como si quisiera proclamar una forma de
admisión más militar, un saludo de los que van a
morir, y luego se giró y se fue.
Lain lo miró marcharse, apoyada en su bastón
metálico, y había una rigidez igualmente firme en
su postura, a pesar de su columna vertebral
combada. Sus nudillos huesudos estaban
blancos, y todos en la sala la observaban.
Dio dos pasos deliberados hasta que llegó junto a
Holsten, y entonces miró frunciendo el ceño al
puñado de ingenieros de la tribu que aún estaban
en Comunicaciones.
—¡A trabajar! —les espetó—. Siempre hay algo
que necesita reparaciones. —Tras disipar su
atención, tomó aliento profundamente y luego
exhaló, tan cerca de Holsten que este oyó el débil
silbido de sus pulmones—. Tiene razón, ¿no? —
dijo muy suavemente, solo para sus oídos—.
Necesitamos barrerlas del casco, y el equipo de
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