Page 772 - Herederos del tiempo - Adrian Tchaikovsky
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cuando no los sostienen las piernas, o se limitan
a quedarse tumbados, viendo cosas que solo
existen en su mente. Hay un fuerte olor orgánico
en el aire, y Portia se da cuenta de que muchas de
sus víctimas se han ensuciado a si mismas.
Comprueban que no queda nadie capaz de
luchar contra ellas, y luego siguen adelante. Hay
muchos más gigantes que conquistar.
7.9
La última resistencia
Pudieron oír los gritos y chillidos de Karst
durante un tiempo aterradoramente largo, pues
su micrófono estaba fijo en un canal abierto. La
cámara de su traje les permitió ver atisbos
borrosos del casco, las estrellas, otras figuras que
se debatían. Lain le estaba gritando con voz
cascada, urgiéndolo a entrar en la nave, pero
Karst ya no podía oírla, y en vez de eso luchaba
furiosamente contra algo que no podían ver. Por
los manotazos que daba con los guantes,
brevemente visibles en la periferia de la imagen,
parecía como si estuviera intentando arrancarse
su propio casco.
Entonces calló abruptamente, y por un momento
pensaron que simplemente había dejado de
transmitir, pero su canal seguía abierto, y ahora
oyeron un gorgoteo, un estrangulamiento
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