Page 225 - El hombre ilustrado - Ray Bradbury
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Un grito.
Los hombres dieron un salto, y se quedaron
mirando, por encima de las llamas, las orillas del
océano desierto.
¡Otro grito! Penetrante y triste, como la agonía de
un dragón, o el espasmo de un cetáceo jadeante
cuando las aguas del mar se secan y evaporan en
los abismos.
El silbido del aire que corría a ocupar el sitio vacío
donde antes había habido algo.
El capitán dispuso del último libro arrojándolo al
fuego.
El aire dejó de vibrar. Silencio.
Los hombres del cohete se inclinaron hacia delante
para escuchar mejor.
—Capitán, ¿ha oído?
—No.
—Como una ola, señor. ¡En el fondo del mar! Me
pareció ver algo. Allí. Una ola negra. Enorme. Venía
hacia nosotros.
—Habrá visto mal.
—¡Allá, señor!
—¿Qué?
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