Page 321 - El hombre ilustrado - Ray Bradbury
P. 321
de Todos los Santos. (Una de sus fiestas. Creo que
ese día rinden culto a los automóviles. No sé. Es
algo que tiene relación con la muerte.)
Miras por la ventana y ves a dos personas, que
hasta hace un momento no se conocían,
cariñosamente acostadas y juntas, muertas. Preveo
que esas jóvenes brujas y esas gomas de mascar
aplastarán, contaminarán y atraparán a nuestro
ejército en los cines. Uno de estos días trataré de
escapar e ir a Marte. Tendrá que ser pronto.
Quizá, Tylla mía, en algún lugar esta noche, en esta
misma Tierra, haya un hombre que tiene una
palanca. Cuando mueva esa palanca, el mundo se
salvará. Este hombre es hoy un desocupado. Su
palanca está cubierta de polvo. El pobre se pasa las
horas jugando al dominó.
Las mujeres de este malvado planeta están
ahogándose en una marea de sentimentalismo, de
falso romance. Buenas noches, Tylla. Deséame
buena suerte, pues moriré probablemente tratando
de escapar. Besos a los chicos.
Llorando en silencio, Ettil dobló la carta y se
prometió a sí mismo llevarla más tarde al correo del
cohete.
Dejó el parque. ¿Qué podía hacer? ¿Escapar? ¿Pero
cómo? ¿Ir al correo esa misma noche, robar uno de
los cohetes y volver solo a Marte? ¿Sería posible?
Sacudió la cabeza. Se sentía confundido.
320

