Page 23 - Arcana Mundi - Elizabeth Bear
P. 23
23
—Yo tengo blindaje. Y no puedo escalar. —Dio unos
golpes en la arena con la extremidad fundida, balanceando
el cuerpo hacia delante y hacia atrás sobre los dos apoyos
buenos.
—Pero está rompido.
—Eso no importa. Tienes que subir. —Cogió a Belvedere
con ambas pinzas y lo levantó por encima de su cabeza. Él
soltó un chillido; al principio Calcedonia tuvo miedo de
haberle hecho daño, pero los gritos se convirtieron en risas
antes de que lo dejara en un saliente inclinado que llevaba a
la cima del acantilado.
Ella iluminó el camino con los reflectores.
—Trepa —le dijo, y él trepó.
Y volvió por la mañana.
Belvedere seguía igual de andrajoso pero con la ayuda
de Calcedonia se puso más rellenito. Ella atrapaba y asaba
aves marinas para él, le enseñó cómo hacer un fuego y
mantenerlo y rebuscó a conciencia en sus extensas bases de
datos para tener alguna idea de cómo mantenerlo con salud
mientras crecía, a veces casi a ojos vista, fracciones de
milímetro cada día. Buscaba y analizaba algas marinas y lo
obligaba a comérselas, mientras que él la ayudaba a rescatar

